En un lugar de La Mancha… se encuentra Albacete

Localizada en el sureste de la península ibérica y de la meseta Central, en la región histórica de La Mancha, concretamente en la comarca tradicional de La Mancha de Montearagón, se encuadra dentro de la comarca de Los Llanos, de la que Albacete es su único municipio.

Los orígenes de la ciudad son inciertos, aunque las primeras certezas de su existencia se encuentran durante el dominio andalusí de la zona, habiendo sido llamada la ciudad originalmente البسيط Al-Basit, en árabe «El Llano» en alusión al carácter planiforme de la geografía del lugar. Desde el comienzo del siglo XIX, la ciudad fue cobrando importancia, albergando la Real Audiencia de Albacete, la Compañía Española de Aviación o la sede de las Brigadas Internacionales.

Gracias a algunos hallazgos cerámicos, se estima que los orígenes han de remontarse a la época andalusí, habiendo nacido como una pequeña alquería. De la misma época existen algunos documentos que hacen referencia a un viejo castillo situado en la zona que data de la época Califal.

Según las crónicas de la época, poco más tarde, en 1146, tuvo lugar en las inmediaciones de lo que hoy es la ciudad de Albacete la batalla de al-Luŷŷ, que le costó la corona y la vida al rey levantino Sayf al-Dawla (Zafadola), muerto por soldados del reino de Castilla.

Durante el siglo XVI, Albacete continuó su lento, aunque progresivo crecimiento, llegando a contar con 5000 habitantes. Durante este siglo, en 1526, Carlos I regalará, entre otros, el Senorío de Albacete a su esposa, la emperatriz Isabel de Portugal, como presente de boda, permitiendo la instalación en la población de diversas órdenes monacales (franciscanos –conventos de San Francisco y de Franciscanas de la Encarnación–, justinianas –convento de San Lorenzo Justiniano– o agustinos –convento de San Agustín–), comenzando a erigirse también en esta época la iglesia de San Juan que posteriormente se convertiría en Catedral.

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