Cementerios que merecen la pena visitar

El 1 de noviembre se celebra la fiesta de Todos los Santos, una ocasión para honrar a nuestros difuntos y recordar a quienes nos precedieron. En la cultura española, es tradición acudir a los cementerior para dejar flores sobre las tumbas de los familiares que nos antecedieron. sin embargo, algunos cementerios en el mundo valen la pena visitarlos en cualquier época del año. ¿Te atreves a hacer este viaje con nosotros cementerio a cementerio?

Cementerio de Père Lachaise, París

Este camposanto francés alberga una de las historias más románticas de la Edad Media, la de Abelardo y Eloísa. Amantes que debido a las presiones de la época se ven obligados a tomar los hábitos cada un por su cuenta. Aunque fallecieron en el siglo XII, en 1808 los restos de ambos amantes fueron depositados juntos en el Museo de monumentos franceses de París. Finalmente en 1817, ambos fueron depositados en una misma tumba, que ahora se puede visitar en Père Lachaise, en un mausoleo neogótico con una escultura de ambos.

Cementerio de Highgate, Londres

Lugar donde se encuentra la tumba del pensador Karl Marx, la más visitada por los turistas, y el panteón de la familia Dickens, aunque el escritor Charles Dickens no está enterrado en este sitio, sino en la abadía de Westminster. La tumba de unas de las modelos consideradas más bellas del XIX, Elizabeth Siddal. Además, este cementerio cuenta con una leyenda de vampiros creada después de que David Ferrant, miembro de un grupo ocultista, pasara allí la noche en 1969.

Cementerio de Colón, La Habana

En La Habana hay alrededor de 21 cementerios, pero el de Colón, situado en el barrio del Vedado, es el mayor de ellos donde se entierra a 8 de cada 10 habaneros que fallecen. Tras cruzar la impresionante puerta de entrada de estilo bizantino, el visitante penetra en una especie de pequeña ciudad de calles amplias pobladas por 56.000 mausoleos aproximadamente. A través de algunos de ellos, aunque también en las tumbas más humildes, se pueden conocer algunas de las historias que mejor definen a los habitantes de La Habana, como Alberto Yarini, Eugenio Casimiro o Amelia Goyri.

Cementerio judío de Praga

En el barrio de Josejov de la capital checa se esconde este pequeño cementerio de una hectárea de superficie en el que hay enterrados unos 100.000 judíos con un total de 12.000 lápidas. Una de sus particularidades que más destaca es la cantidad de lápidas acumuladas, ya que debido a la costumbre judía que no permite eliminar antiguas tumbas a lo largo del tiempo se ha ido enterrando a los nuevo difuntos sobre de los anteriores.

Catacumbas de los Capuchinos, Palermo

Estas catacumbas, no aptas para asustadizos, están llenas de momias colgadas en las paredes, una costumbre que se inició a la muerte de un monje capuchino llamado Silvestro de Gubbio y al que los palermitanos sentían una especial devoción. A pesar de que en un principio este lugar era exclusivo para las frailes, las familias con el paso de los años también quisieron dejar allí a sus seres queridos.

Cementerio alegre, Sapantza, Rumanía

El colorido arte del cementerio de Sapantza resulta sorprendente, y por ello se ha convertido en uno de los más peculiares del mundo. En las lápidas de los fallecidos, además del nombre y la fecha de defunción, figura también un epitafio de carácter satírico y un dibujo que cuenta algún hecho característico de sus vidas. «Aquí descansa mi suegra, si hubiera vivido otro año más, yo ocuparía su lugar», y mensajes similares pueden encontrarse en este camposanto desde que el artista local, Stan Ioan Patras, en 1935, empezó a esculpir lápidas con tono de sátiras.

Cementerio de Sengaku-ji, Tokio

La leyenda de los 47 Ronin, uno de los mitos más famosos de la cultura japonesa, llena de una aura de misterio el cementerio tokiota de Sengaku-ji. La historia cuenta que, durante el periodo Edo, un daimyo (señor feudal) agredió a un miembro del gobierno y se vio obligado a cometer seppuku (un ritual de suicidio). Los vasallos decidieron vengar la muerte de su señor, y tras llevarla a cabo los 47 ronin (samuráis sin señor) también debieron enfrentarse al seppuku. Admirados por su lealtad y valentía, su historia se extendió por todo el país, convirtiéndose en un símbolo de la tradición japonesa.

Cementerio de La Almudena, Madrid

La primera matadora de toros de la historia, Juanita Cruz, Lola Flores, Benito Pérez Galdós o el Jarabo, el último en morir en España por garrote vil, son solo algunos de los ejemplos de los personajes y personas no tan conocidas que se pueden encontrar en este camposanto.

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