A Guarda es un pequeño pueblo marinero de la provincia de Pontevedra que se encuentra a 50 km de Vigo. El río Miño ejerce de frontera natural con Portugal y en este último tramo desemboca en el océano Atlántico formando un precioso estuario, refugio de numerosas especies. Si quieres verlo desde las alturas, sube al monte Santa Tegra y desde allí tendrás unas vistas impresionantes.
El Camino Portugués de la Costa recorre el municipio de A Guarda. Viene desde Porto, Portugal, y se une en Redondela con el Camino Portugués Central hasta Santiago de Compostela.
Aunque A Guarda no es un pueblo muy grande tiene una gran variedad de atractivos turísticos.
A Guarda escrita en las estrellas
El espigón norte se construyó a principios de los años 90 para cerrar el puerto debido a la bravura del mar en invierno. En el año 2018 se elaboró un proyecto para dar visibilidad y mantener viva la historia de la villa. El nombre del proyecto lo podemos ver desde el cielo: si vemos el espigón desde las alturas distinguiremos el mensaje #aguardaescritanasestrelas, que es el mismo hashtag con el que la gente etiqueta en Instagram las fotos de este original lugar.
Los artistas Nuria Villa y Alberto Brandon, de Nuvi & Éxfico, son los creadores del proyecto “A Guarda escrita nas estrelas”, un enorme lienzo donde el azul de la pintura se funde con el azul del mar. Salpicado de estrellas en él aparece representada, a través de figuras, la historia de las tres parroquias del municipio: A Guarda, Camposancos y Salcidos. En el proyecto, además de sus autores, han participado voluntarios y alumnos de A Guarda.
El mural de 3.000 m2 es visible desde diferentes lugares. En él podemos ver varias figuras relacionadas con la villa: una langosta y un pez espada nos muestran el lado gastronómico, y es que en A Guarda se celebran ambas fiestas en la que ambos animales son los protagonistas. También podemos ver un cruceiro, una redeira o la garza real, que es una de las especies que habita en el estuario del río Miño.
Existen otras marcas a lo largo del espigón que pueden pasar desapercibidas si no conoces la historia que hay detrás de ellas. Son las marcas de los marineros, hay más de 350 y se incluyeron en este proyecto de A Guarda escrita nas estrelas para que no desaparezcan de la cultura tradicional.
Estamos más acostumbrados a fijarnos en las marcas que los canteros dejaron en iglesias y catedrales, pero los marineros de A Guarda también tienen las suyas propias. Las marcas eran trazos sencillos y fáciles de reproducir con cualquier instrumento cortante y fácilmene interpretables, ya que muchos hombres tuvieron que echarse al mar desde niños y no pudieron acudir a la escuela. Las utilizaban como símbolo de propiedad para marcar redes, remos o boyas, pero también para marcar como de su propiedad algunos utensilios de la casa. Algunas de las marcas que utilizaban eran estrellas, cruces, arpones, peces, espinas de pez o cálices.
Las marcas de los marineros no eran exclusivas de los hombres, era para todos aquellos o aquellas que llevaban las redes al mar. Las marcas podían pasar de padres a aquellos hijos que también se dedicaban al mar. Como algunos heredaban los aparejos, lo que hacían era añadir alguna modificación para saber quién era el nuevo propietario.
Con los años estas marcas están desapareciendo, por lo que, al estar reflejadas en este proyecto, se intenta que no acaben en el olvido.
En el mural también podemos leer los versos de un poeta, Feliciano Rolán, de un fragmento de su libro «De mar a mar».
Uno de los lugares más fotografiados del mural es un ovni rodeado de estrellas con el lema A Guarda is alive. Se encuentra en la curva interior del espigón.
Museo del Mar-Atalaya
Al lado del espigón A Guarda en las Estrellas se encuentra una antigua fortaleza que tiene forma circular. Entre los años 1665 y 1668, en el transcurso de la Guerra de la Independencia, los portugueses tomaron esta Atalaya y el Castillo de Santa Cruz.
En 1945 derribaron la Atalaya y fue reconstruida en el año 1997. Alberga el museo del mar y en él podrás ver antiguos aparejos de pesca y una colección de conchas.
Otros imprescindibles en A Guarda
Castro Santa Trega
En el monte con el mismo nombre se encuentra uno de los castros más importantes de España, tanto por su extensión como por su conservación. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico.
Se encuentra ubicado en un lugar estratégico, a 341 metros de altitud y desde donde se vigilaba al país vecino. Es un buen ejemplo de la cultura castrexa con sus construcciones circulares u ovaladas. Estuvo habitado entre los siglos I a.C. y el I d.C. En su época de mayor esplendor llegó a estar habitado por 5.000 personas. No se ha excavado la totalidad del asentamiento.
A lo largo del sendero que asciende a la cima del monte hay un Via Crucis y también petroglifos de 2000 años antes de la ocupación del castro. En lo alto del monte se encuentra el museo.
Ruta de las Casas Indianas
Una de las rutas imprescindibles en A Guarda es la ruta de las Casas Indianas. Estas viviendas pertenecieron a antiguos emigrantes que volvieron de América a su pueblo.
Las casas se construyeron en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Su estructura es la propia del país americano, pero con materiales de la zona como el granito. En A Guarda existe uno de los conjuntos arquitectónicos más interesantes de toda Galicia.
Puerto pesquero
Las casas que se encuentran en el puerto son las típicas casas de pescadores de varios pìsos, estrechas y coloridas. En el puerto por las mañanas verás el trajín de pescadores que vuelven de faenar y venden su pescado en la lonja. Tanbién en la nave de Redeiras, donde las mujeres trabajan de forma artesanal elaborando y arreglando redes.
Una de las cosas que más me llamó la atención del puerto la última vez que lo visité es ver el pescado tendido al sol. En el paseo del puerto encontrarás multitud de bares y restaurantes.