Pues en mi búsqueda de viajes para hablar en este blog semanal, «caí», porque no se puede decir de otra manera, de casualidad con Tordesillas. Tordesillas es una villa llena de historia: desde la dominación árabe y la Reconquista, hasta el Tratado de Tordesillas que repartió el mundo entre españoles y portugueses, pasando por la Revuelta de los Comuneros… allí pasaron cosas muy interesantes.
Dos puntos de interés turístico en los que voy a centrar el artículo de este fin de semana son el Monasterio de Santa Clara y la Vega del río Duero.
Real Monasterio de Santa Clara
Pantrimonio nacional y Bien e Interés Cultural desde 1931, fue construido hacia 1340 por Alfonso XI, para conmemorar su victoria en la batalla del Salado y fascinado por la arquitectura musulmana. En su testamento otorgado en 1362, Pedro I, hijo de Alfonso XI, dona la villa a su hija la infanta Beatriz, a quien ordena que convirtiera el palacio en un monasterio que albergara monjas de la orden de Santa Clara, por lo que hubo que adaptarlo a las nuevas necesidades monacales.
El actual Convento de Santa Clara es una mezcla de estilos comprendidos entre los siglos XIV y XVIII, e incluso del XII y del XIII, ya que el antiguo recinto mudéjar se levanta sobre la estructura original de otro palacio anterior, del que se tiene una única noticia de tiempos de Alfonso VIII, rey que en 1169 declara libres de todo pecho los palacios que su tío Raimundo posee en Tordesillas.
El único vestigio conservado de este primer palacio es la Capilla Dorada, esta cronología anterior la confirma su estructura arcaizante de origen taifa. Arcos apuntados-lobulados y arcos de herradura recorren los muros de la capilla. Estos arcos ciegos conservan en su interior restos de pintura mural gótica y un Calvario del siglo XVI.
Riberas de Castronuño
Las Riberas de Castronuño son un Espacio Natural con una superficie aproximada de 8.421 Ha. cuyo territorio engloba el tramo del río Duero que comprende los términos municipales de Tordesillas, Torrecilla de la Abadesa, Pollos y Castronuño.
Se trata de uno de los espacios más singulares de la provincia de Valladolid ya que contiene hasta un total de 260 especies. Esta integrado en la Red de Espacios Naturales(REN) de Castilla y León, y es considerado a nivel europeo como Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA).
El apresamiento de las aguas del río Duero a su paso por el término municipal de Castronuño, con la construcción del embalse de San José en la década de los cuarenta, fue lo que originó la formación de esta reserva que constituye un ecosistema con singulares elementos bióticos y paisajísticos.
Se caracteriza por el bosque de galería que enmarca el río, configurado por álamos, chopos, sauces y fresnos, entre encinares y zonas de cultivo, con importantes manchas de carrizal. Posee una gran riqueza faunística, principalmente ornítica, siendo además un lugar clave en los procesos migratorios de algunas especies, en particular de aves acuáticas, actuando como zona de paso e invernada para estas aves.
Más información: tordesillas.net