Te proponemos este plan para conocer en profundidad la Maragatería, una tierra que se ve atravesada por el Camino Francés, ruta que durante siglos a llevado a los peregrinos a Compostela. Una tierra que alberga el mayor número de minas de oro y asentamientos prerromanos y romanos del territorio astur, y que se encuentra salpicado por pequeños pero acogedores pueblos, que cuentan con una típica arquitectura popular y que responde al nombre de arquitectura arriera.
Nuestra primera parada es Castrillo de los Polvazares, una de las poblaciones más sugerentes y atractivas de esta tierra. Declarada Conjunto Histórico Artístico, estamos ante una magnífica muestra de la arquitectura popular arriera, caracterizada por grandes portalones, imprescindibles para permitir el paso de los carros en los que los arrieros transportaban las mercancías y que daban acceso a un gran patio.
Continuamos nuestro camino para dirigirnos a Santa Colomba de Somoza, otro pueblo donde podremos admirar bellos ejemplos de arquitectura popular y visitar el Museo Casa Maragata. Recordar el nombre de esta localidad, pues más adelante volveremos a ella.
En Santa Colomba tomaremos un desvió por la LE-6311, pasado el pueblo de Lucillo nos encontramos con dos opciones, si optamos por la de la izquierda llegaremos al pueblo de Filiel donde podremos admirar los Petroglifos de Peñafadiel, enigmáticos grabados de más de cinco mil años de antigüedad y únicos en el mundo, esculpidos en una roca que apunta al sagrado monte Teleno. Forman parte de un conjunto de representaciones de este tipo diseminados por la comarca, auténticos lugares de culto, que lo convierten en el mayor «parque temático» de esta naturaleza en toda España. La otra opción que anteriormente se nos presentaba nos acerca a Chana de Somoza donde podremos ver otras manifestaciones de este tipo. En cualquiera de los dos pueblos, cualquier vecino nos indicará amablemente como llegar hasta ellos.
Desandamos el camino hasta Santa Colomba de Somoza, donde podemos hacer una parada para reponer fuerzas. El lugar ideal para hacerlo es Casa Pepa, un magnífico hotel rural donde poder degustar una deliciosa cocina casera tradicional, cocinada con cariño en el puchero y a fuego lento, y siempre con productos de su huerta ecológica. Difícil elección entre las especialidades que ofrecen, cocido maragato, garbanzos de pico pardal con setas de temporada, bacalao al ajo arriero…
Continuamos nuestro camino con la satisfacción que produce haber degustado estos exquisitos manjares y nos dirigimos a Rabanal del Camino. Localidad muy ligada al Camino de Santiago, es final y comienzo de etapa según el Códice Calixtinus. En este punto, es recomendable aparcar el coche y darse un paseo por la calle Real para impregnarnos del ambiente jacobeo.
A partir de aquí compartiremos nuestro camino con los peregrinos que afrontan con entusiasmo el momento más duro, la subida al puerto de Foncebadón, esfuerzo que se verá recompensado con el premio de llegar a la Cruz de Ferro. Pero antes podemos hacer un alto en el pueblo de Fondebadón. De gran importancia en el pasado por situarse allí un monasterio, en la actualidad está muy poco poblado, aunque en los últimos años ha experimentado una gran popularidad gracias al Camino Francés. Nuestra última parada es la Cruz de Ferro, uno de los puntos más emblemáticos de la ruta jacobea y donde cuenta la tradición que debes depositar una piedra que has traído de tu lugar de origen, y te dará suerte para el resto del camino. En este punto damos por finalizado nuestro viaje y emprendemos camino de vuelta a Astorga.
Fuente: Cardinalia