Parece que el verano ha llegado para quedarse. En los últimos días los termómetros, que hace unas semanas se resistían a subir, han ido arrojando cifras cada vez más veraniegas. Por eso cuando hablamos de vacaciones, los que estamos en el interior pensamos en playas. Y si hay un lugar que merece la pena visitar, es la costa cantábrica: Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco… Todas merecen una mención, por eso voy a hablaros en este blog de Asturias. He elegido al Principado porque es mi tierra natal y tengo ese recuerdo de infancia del agua fría y las risas que me echaba con mis hermanos tratando de «saltar» las olas. No podría incluir todos los maravillosos pueblos que forman la costa asturiana, pero os dejo algunos de mis preferidos:
Luanco
Luanco es la villa marinera más cercana al Cabo Peñas y ofrece una estampa idílica tanto por tierra como por mar. Recóndito puerto y bellas playas, y una iglesia que casi se baña en el Cantábrico hacen de Luanco un lugar perfecto para el verano. Su gran tradición marinera dio origen en 1948 al decano de los museos asturianos: el Museo Marítimo de Asturias, icono de la cultura vinculada al mar, y en que existen modelos de embarcaciones, aparejos y artes de pesca, además de un recorrido por la evolución de la navegación, cartas náuticas y una amplia selección de la flora y la fauna del Cantábrico.
Además, Luanco cuenta con un maravilloso paseo marítimo, donde al final de la playa de La Marina encontrarás la iglesia de Santa María, cuyo interior alberga el Cristo del Socorro que, según la tradición, salvó a unos marineros luanquinos de una tempestad en el siglo XVII.
Candás
Y si a continuación no hablo de Candás, es que no sé lo que estos diciendo. No es mi orden de preferencia, pues todas estas villas me gustan por igual y cada una tiene momentos y recuerdos especiales para mí. Capital del concejo de Carreño, Candás despunta con importancia en plena Edad Media, teniendo ya entonces mucha vida marina y comercial.
Candás ha sabido preservar a lo largo de los siglos su marcada identidad cantábrica, que se pone de manifiesto en algunas de sus fiestas como el Festival de la Sardina, donde todo el pueblo se viste con una indumentaria marinera única en Asturias, y donde el ambiente se aromatiza con el intenso olor que desprenden los miles de sardinas asadas que se degustan esos días, un manjar que en Candás se prepara como en pocos sitios.
En lo gastronómico esta villa también es muy conocida por unos famosos dulces conocidos como marañuelas, aunque no debe faltar el paseo por el Puerto marítimo y llegar hasta el final donde las tardes de verano es el perfecto lugar para contemplar embobada el horizonte.
Lastres
Lastres es considerado uno de los pueblos más bonitos de España, distinción que ostenta oficialmente y que es completamente merecida. Además este pueblo marinero antaño dedicado a la pesca de ballenas y fortín ante posibles invasiones por la costa, fue distinguido como Pueblo Ejemplar de Asturias, galardón que la Fundación Princesa de Asturias le otorgó en 2010. Precisamente entonces la Fundación destacó su peculiar adaptación al terreno y el espíritu de superación de sus habitantes.
En el puerto disfrutarás de los pescadores faenando y de la subasta de los pescados y mariscos que podrás degustar en sus restaurantes y sidrerías. Además desde el mirador de San Roque, en la parte alta, tendrás una inmejorable vista panorámica del pueblo, sus playas, la Sierra del Sueve y los Picos de Europa. Precisamente desde este lugar entenderás por qué Llastres es uno de los lugares más fotografiados y filmados de toda Asturias, y es que el encanto de Lastres y su atmósfera de tranquilidad cantábrica es absolutamente cautivadora.
Lastres tiene un espectacular casco antiguo, de calles empedradas, de palacios y casas blasonadas que se entremezclan con las sencillas viviendas de pescadores, y todas tienen un denominador común: la brisa marina que las acaricia constantemente y las espléndidas panorámicas al Cantábrico y al Monte Sueve. Muchos son los lugares con encanto: el barrio de los Balleneros, la capilla del Buen Suceso, la Torre del Reloj y la Iglesia de Santa María de Sábada.
Cudillero
Cudillero es tan diferente a cualquier otra villa marinera que hasta tiene su propia y personal lengua: el pixueto, que se exhibe cada año de manera multitudinaria en el pregón de L’Amuravela, pieza que narra en clave de humor e ironía lo acontecido a lo largo del año. L’Amuravela, que se celebra cada 29 de junio coincidiendo con la festividad de San Pedro, es uno de los grandes acontecimientos de este pueblo singular en el más amplio sentido del término.
Por su peculiar orografía, Cudillero tiene vistas espectaculares desde el faro o la atalaya. Además impresiona su entrada por El Pito, con la sucesión de casas indianas que hay en la zona, además del Palacio Selgas, un espléndido conjunto del siglo XIX conocido como el «Versalles asturiano».
Barrios de pescadores, viento y mar, buenas vistas, cocina marinera, ambiente todo el año e inspiración literaria y artística.
Llanes
A Llanes se le acumulan los encantos: la proximidad a los Picos de Europa, sus idílicas playas, la tradición marinera, su vida cultural y social y su gastronomía. La villa atesora una prodigiosa historia que se lee a cada paso en su Casco Histórico. Declarado Conjunto Histórico-Artístico y bordeado por una muralla del siglo XIII, conserva la torre y numerosos palacios y casonas de los siglos XVI y XVII. Rincones increíbles que se combinan con una amplia oferta de tiendas y restaurantes.
Un recorrido por Llanes es siempre sorprendente, con su puerto pesquero para transportarte a una de las fuentes de riqueza de la localidad durante siglos, o con el maravilloso Paseo de San Pedro sobre los acantilados. Además la villa puede presumir de tener el puerto más artístico de España con los Cubos de la Memoria, obra de Agustín Ibarrola, que sirven como rompeolas en el espigón.