Descubrir Irán

Debido a la enorme extensión de Irán, resulta muy difícil que un viajero pueda visitar todas sus principales regiones. Por eso, es muy útil emprender el viaje teniendo claro qué se desea ver y a qué se renuncia para una próxima ocasión. Te ayudamos en tu criba.

EL RECORRIDO CLÁSICO

Muchos viajeros que llegan por primera vez a Irán, realizan una ruta por las principales capitales del interior del país, donde se concentran los monumentos clásicos más representativos. Es una ruta fundamentalmente urbana y cultural, que aproxima a las grandes ciudades, los mejores bazares y a los hitos clave de las arquitecturas islámica y zoroastriana, además de permitir contactos puntuales con el arte armenio. Resulta idónea para una estancia de cuatro semanas, y suele incluir las siguientes paradas y visitas:

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Teherán. En medio de su caos aparente, la capital ofrece visitas muy interesantes, como los museos de Arte Preislámico e Islámico, el Nacional de Irán, el de las Alfombras o el del Vidrio y la Cerámica. Merece también la pena una excursión hacia el teleférico de Towtchal, desde donde hay vistas espléndidas del volcán Damavand y de la ciudad.

Qom. Es una ciudad sagrada para el chiismo, y alberga 85 mezquitas, quince mausoleos y varias escenas coránicas. Entre estos monumentos, dos son especialmente importantes: el Mausoleo de Fátima, el segundo lugar más sagrado de Irán, y la mezquita de Jamkaram.

Isfahán. Uno de los hitos del viaje, por la grandiosidad de sus monumentos. Es de visita obligada la mezquita del Viernes, cumbre de la arquitectura islámica. La plaza del Imán, Patrimonio de la Humanidad y la soberbia mezquita del Imán. Entre los palacios, destacan los de Ali Qapu, Hasht Behesht y Chehel Sotún. Además del bazar, no debemos perdernos los puentes de la ciudad, sobre todo el de Sio Seh Pol.

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Yazd. Es una ciudad hecha toda de adobe, sobre unos tejados destacan los badgir, unas torres que recogen el aire y refrescan los interiores de las casas. Varias visitas aconsejadas: el templo de Zoroastro, la mezquita del Viernes, con la portada más alta y esbelta de todo Irán; la Amir Chajmag las antiguas y sobrias torres del Silencio.

Shiraz. Es conocida como «la ciudad de las flores y los poetas» y alberga un gran número de palacios y jardines. De visita obligada son la mezquita Atip, del siglo XIV; la mezquita Vakil, obra maestra del periodo Zand; el Boghe-ye Shah-e-Cheragh, con la tumba de Sayyed Mir, hermano del imán Reza; el bazar de Vakil, uno de los más bellos del país; la ciudadela Arg-e-Karim Jam; el museo Pars, con cerámicas, libros antiguos y trabajos sobre metal y los mausoleos de poetas clásicos Hafez y Sa´di, auténticos centros de peregrinación festiva para las escuelas iraníes.

Persépolis. Su construcción se inicia con Darío 518a.C. y la ampliaron Jerjes y Artajerjes. Durante el año 331 a. C. fue destruida por Alejandro Magno. Sólo el palacio de Darío ya podía albergar a diez mil personas. Ottras importantes edificaciones son la Puerta de los Países o Puerta de Jerjes, el palacio de los Espejos y el Tesoro Imperial. En 1979, la Unesco incluyó Persépolis en la lista de Patrimonio de la Humanidad.

Otras ciudades: Naqsh-e Rostam, Pasagarda con la tumba de Ciro, Kermán, Bam y Mashad.

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Mesa y Mantel

La cocina irani es rica y variada, ya que el país produce ingredientes de primerísima calidad, y además, acumula una gran tradición culinaria, sintesis de las culturas que pasaron por este territorio. Sopa, cocido, kebab…

 

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