Sería imposible resumir en un solo artículo todas las cosas que se pueden hacer en Nueva York. La Gran Manzana, es una de las ciudades más pobladas de Norteamérica y de todo el mundo. Tiene tantas cosas que ver, que podríamos pasar toda una vida allí y no llegar a conocer ni siquiera uno de los cinco distritos: Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens, y Staten Island.
Por eso en esta ocasión voy a dedicarme a la isla de Manhattan, probablemente la zona del mundo donde más películas se han inspirado. Allí podemos visitar la casa Tiffanys donde sucede la historia de Holly Golightly, localizada en la esquina de la Quinta Avenida y en la Calle 57.
Sin embargo, uno de los rincones que más fama ha ganado en los últimos años es el Museo de Historia Natural. Este espacio situado en unos terrenos ajardinados enfrente de Central Park, se compone de 27 edificios interconectados que albergan 46 salas de exposición permanentes, laboratorios de investigación y su famosa biblioteca. Ha sido el escenario de la película Noche en el Museo y su secuela. Pero, además de eso, cuenta con más de 32 millones de especímenes.
No podemos olvidar en este recorrido por Manhattan del famoso Central Park. Creo que no nos hacemos realmente a la idea de lo grande que es hasta que no lo vemos con nuestros propios ojos, lo sé por experiencia. Es casi dos veces más grande que Mónaco y casi ocho veces más que la Ciudad del Vaticano. Un sinnúmero de largometrajes y cortometrajes se han rodado eligiendo el famoso Central Park como fondo. Entre 1821 y 1855 el área metropolitana de Nueva York cuadruplicó su población y la gente tenía pocos espacios abiertos a los que acudir e iba principalmente a los cementerios para alejarse de la ruidosa y caótica vida de la ciudad. Poco después, Andrew Jackson Downing comenzó a hacer pública la necesidad que tenía la ciudad de un parque público en 1844. Un lugar elegante para la conducción al aire libre, como el Bosque de Boulogne en París o el Hyde Park de Londres, fue el motivo por el que muchos neoyorquinos influyentes apoyaran la idea.
Aunque podríamos continuar describiendo lugares emblemáticos de la ciudad, creo que ninguno se puede comparar al famoso Empire State Bulding. Este rascacielos situado en la intersección de la Quinta Avenida y West 34th Street fue el edificio más alto del mundo durante más de cuarenta años (hasta 1972). Tan alto que ni el mismísimo King Kong pudo resisirse a escalar para escapar de una ciudad poco amistosa con él. El Empire State Building también tiene una atracción de un simulador de movimiento, situado en el segundo piso. Inaugurado en 1994 como un complemento a la plataforma de observación, el New York Skyride (o Skyride NY) es una simulación de viaje aéreo por la ciudad. La presentación dura aproximadamente 25 minutos.