Extremadura es una tierra que sorprende a cada paso. Cuenta con unos increíbles paisajes naturales, pueblos con encanto y un patrimonio histórico muy interesante. Si estás buscando una escapada diferente, auténtica y llena de historia, este rincón del oeste español tiene mucho que ofrecerte. En este post, te llevamos a recorrer cinco destinos imprescindibles en Extremadura que te enamorarán por su autenticidad, su riqueza cultural y su deliciosa gastronomía.
San Martín de Trevejo
La Sierra de Gata es una comarca de Extremadura que guarda increíbles paisajes y pueblos preciosos, uno de ellos es San Martín de Trevejo.
Este precioso pueblo destaca por los regatos, regueros de agua excavados en las calles. El agua está presente todo el año y es una maravilla escuchar su sonido.
Algunas de sus casas son de entramado de madera y cuentan con dos puertas: una más ancha, para los animales, y otra más estrecha, para subir a los pisos superiores donde están las viviendas. En los bajos de las casas encontrarás muchas boigas o pichorras, bodegas donde las familias elaboran sus vinos.
La Plaza Mayor, la iglesia de San Martín de Tours o el Convento de San Miguel son algunos de los atractivos del pueblo.
En San Martín de Trevejo está muy presente su dialecto, A Fala. Lo puedes ver en los letreros de las calles, en los carteles de las tiendas y en las conversaciones de los lugareños.

Plasencia
Romanos y árabes habitaron esta ciudad por su situación estratégica. Está rodeada de una muralla y su casco antiguo está declarado Bien de Interés Cultural.
Entre sus imprescindibles están la Catedral Nueva y Vieja, o el acueducto, que aunque no es tan impresionante como el de Segovia, merece la pena. Pasea por su muralla y acércate a conocer las cuatro puertas de la muralla.
Plasencia es el lugar perfecto para descubrir el Parque Nacional de Monfragüe.

Mérida
Esta ciudad de Extremadura fue fundada por Octavio Augusto en el año 25 antes de Cristo para acoger a soldados veteranos de las campañas de Hispania. Su conjunto arqueológico romano es uno de los más grandes de Europa. Si quieres viajar en el tiempo, estás en la ciudad indicada. El Imperio Romano dejó su huella en esta ciudad: el Teatro Romano, el Anfiteatro, el templo de Diana, el Arco de Trajano, el puente romano y su acueducto.
En verano se realiza un festival de teatro que es una auténtica maravilla.

Trujillo
Es tierra de conquistadores: en Trujillo nacieron Francisco Pizarro, descubridor de Perú, Francisco de Orellana, descubridor del río Amazonas, o Pedro de Hinojosa, entre otros. El descubrimiento de América trajo muchas riquezas a esta localidad y se construyeron muchas mansiones y palacios.
Trujillo también es cruce de culturas. Su emplazamiento estratégico fue lugar de paso de vías romanas.
La plaza Mayor es de estilo renacentista. Está rodeada de soportales y en ella se encuentra el Palacio Ducal de San Carlos y la iglesia de San Martín. Es una plaza muy bonita con casas palaciegas con escudos. El casco histórico de Trujillo es precioso. Las casas de los linajes más importantes de la nobleza son la Casa de la Cadena, la de los Orellana, o la de los Chaves-Cárdenas.
Esta localidad ha sido escenario de numerosas películas y series.
Cáceres
El casco histórico de Cáceres fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. Cuando cruzas el Arco de la Estrella parece que has atravesado un túnel del tiempo y estás en la Edad Media. Se debe al excelente estado de conservación de su casco antiguo.
Cáceres es la ciudad de los escudos, se calcula que entre los que están en el interior y en el exterior de los edificios hay sobre 1200. Además están muy bien conservados.
Entre los principales atractivos turísticos de la ciudad se encuentra su plaza Mayor, que ya fue utilizada en el siglo XIII como recinto ferial. En ella se encuentra el Ayuntamiento, que es del siglo XIX. El Arco de la Estrella es una puerta que se utilizaba como acceso a la Plaza Mayor.
En la plaza de Santa María se encuentra la concatedral con el mismo nombre, el Palacio de la Diputación y el Palacio de los Golfines de Abajo. Otra de las plazas más famosas es la de San Jorge. Su escalinata nos lleva hasta la iglesia de San Francisco Javier y al colegio de la Compañía de Jesús.
