Desde antiguo esta zona se ha individualizado por sus caracteres propios y va a tener siempre una consideración señorial y administrativa basada en su delimitación geográfica y su importancia estratégica como lugar de paso (Tomás Mañanes)
Existe un gran desconocimiento de la prehistoria y protohistoria en el Bierzo, solo remediada, en parte, gracias a puntuales labores arqueológicas y la epigrafía encontrada excepcionalmente. Los hallazgos correspondientes a la denominada Edad del Bronce o anteriores han sido casuales y no fruto de investigaciones o excavaciones arqueológicas.Existen trabajos y teorías de personas que con fe, voluntad y escaso apoyo han indagado a pie de campo sobre el tema.
Esa ausencia de prospecciones arqueológicas, digamos, oficiales, motivó que algunos autores afirmaran que el Bierzo estuvo despoblado en el Paleolítico y en el Neolítico, afirmación desmentida, actualmente, con hallazgos que permiten certificar un doblamiento prehistórico del Bierzo. Se han encontrado numerosas piezas en las terrazas del río Cúa catalogadas entre el 300.000 y el 100.000 a. C.
La complicada orografía berciana debió de dificultar la comunicación y el comercio que en otras zonas, el caso de la Meseta, fue más habitual, complicando la datación cronológica de las piezas encontradas. Existen varios hallazgos correspondientes al neolítico, sobre todo hachas pulimentadas en diversos lugares del Bierzo: Sierra de los Ancares, Ponferrada y Corbón del Sil.
El río Cúa en las cercanías de lo que hoy es la localidad de Cacabelos, así como la ciudad de Ponferrada por su paso del río Sil, esto es, la existencia de dos ríos, son un indicio de que los primeros bercianos vivieron, cazaron y procrearon en estos enclaves.
De momento, es todo cuanto se sabe. No en vano viajar a través de la historia, es también una forma de desplazarse. Recomendamos hacer rutas o, en tiempos adecuados, hacer piraguismo desde estos ríos para adentrarse aún más al pasado más remoto de la comarca berciana.